La Hortensia es una de las plantas favoritas del jardín en clima atlántico como el que tenemos en la zona cantábrica y Galicia y también uno de los arbustos más adecuados para cultivar en recipientes en terrazas, balcones y patios. Además en mi opinión es una de las más sencillas de cultivar si se tienen en cuenta las dos cosas más importantes para tener éxito con esta planta: agua y poda adecuada.
El nombre científico de esta planta, Hydrangea, hace referencia a la palabra griega para el agua, y es especialmente adecuado si tenemos en cuenta la absoluta necesidad que tiene este arbusto de tener siempre un suministro constante de este elemento, se dice que una gran mata de hortensias llega a absorber hasta 40 litros en un día, por eso viven tan bien en zonas con frecuentes lluvias, incluso en verano, donde llegan a naturalizarse, mientras que en otros climas más secos sólo pueden prosperar si bajo nuestros atentos cuidados.
Las primeras hortensias fueron introducidas en Europa en el siglo XVIII pero no adquirieron popularidad hasta la segunda mitad del siglo XIX. La Hydrangea, familia Hydrangeaceae, procede de China y Japón principalmente, pero algunas especies también vienen de América. Hay siete variedades cultivadas de hortensias, entre las que hay una trepadora, la Hydrangea petiolaris, especialmente adecuada para revestir muros sombreados, pero aquí trataré de las arbustivas más conocidas.
Y sin duda la más conocida es la Hydrangea hortensis, una especie de hoja caduca, también conocida como Hydrangea macrophylla o sea la Hortensia común, con sus típicas inflorescencias globosa formadas mayormente por flores estériles, en una amplia variedad de colores que pueden ser cambiados o intensificados según la naturaleza del suelo o bien con la aplicación al terreno de ciertas sustancias químicas. Esto ocurre con las hortensias de color rosado o azulado, ya que las variedades de flor blanca nunca cambian de color. En la zona occidental de Asturias, con terrenos de composición ácida, las matas de hortensia adquieren colores azules, incluso de azul profundo, sin necesidad de añadir nada a la tierra, en cambio en la zona oriental, las hortensias son de color rosa o rojo debido a la naturaleza del suelo que es de composición caliza. En la zona central predominan los terrenos con un Ph neutro en el que las plantas o bien son rosadas o ligeramente descoloridas. Esta simple observación de lo que pasa en la naturaleza, nos indica que debemos esperar de una misma planta según en que clase de sustrato la plantemos, la bonita hortensia de color azul que hemos visto en el catálogo se convertirá en una hortensia de color rosa si nuestro terreno es básico sin que nadie nos haya engañado sobre la variedad.
Existe sin embargo una forma bastante sencilla de mantener el color que nos interese. Lo primero es plantar aquellas hortensias que deseemos en color azul en un sustrato de naturaleza ácida, tal como la tierra de castaño o de brezo, lo que resulta bastante fácil cuando las plantamos en maceta. Para acrecentar la propiedad colorante de los terrenos ácidos y asegurarse un color azul más profundo, es aconsejable añadir sulfato de aluminio en el agua del riego desde abril hasta las primeras floraciones. Para esto podemos utilizar cualquiera de los azuleadores de hortensias que existen en el mercado.
En lugares cuyas aguas de riego sean duras, es decir con mucha cal, habrá que regar con agua hervida o de lluvia.
Pero si lo que queremos es intensificar el color rosado de una variedad cultivada en terreno calizo hasta el punto de que adquiera un brillante tono rojo, también podemos hacerlo mediante la adicción al terreno de un pigmento colorante natural llamado Fitocromo, pero en España ese tipo de sustancia no es sencilla de encontrar por el cultivador aficionado y sólo está al alcance de los grandes viveros. En sustitución podemos utilizar algún tipo de abono foliar que contenga cobre.
Para conseguir hortensias bien lozanas, podemos abonar los arbustos antes del invierno esparciendo al pie de la mata una buena cantidad de abono orgánico, o de estiércol, y recubriendo con turba, por lo demás no conviene abonar demasiado las hortensias ya que obtendríamos mucha vegetación en perjuicio de las flores, con esta fertilización será suficiente.
Durante el periodo vegetativo los riegos deben ser abundantes y frecuentes, de forma que el suelo siempre mantenga algo de humedad pues si se case, la planta sufriría mucho e incluso podría perder gran parte de las hojas. En clima atlántico las hortensias pueden plantarse al sol, resguardadas del sol del mediodía, o a media sombra, pero en zonas calurosa se deben plantar a media sombra. En sombra total, las hortensias crecen bien pero florecen menos.
La poda es asunto crucial para que las hortensias florezcan abundantemente, y siempre será mejor no podar en absoluto que hacerlo mal porque en este último caso obtendremos una cierta cantidad de flores más pequeñas pero si podamos mal o a destiempo, probablemente no tengamos ninguna flor. Empecemos por el asunto de la mejor época para podar, en este asunto hay tres escuelas, una que aconseja podar en otoño cuando se hayan secado las flores, otra que aconseja hacerlo cuando haya pasado el periodo de heladas, es decir y según la zona, entre marzo y mayo. En las zonas muy frías desaconsejo hacerlo en otoño porque eso deja sin protección las yemas incipientes de las ramas, que las propias inflorescencias secas ayudan a proteger, porque la hortensia no es una planta del todo rústica que soporta mal temperaturas inferiores a los 0º. La tercera alternativa, que últimamente se está imponiendo, es podar al final del verano, que yo creo que es la más adecuada en regiones de clima suave.
Las heladas persistentes son muy dañinas y pueden destruir las yemas así que en lugares donde sean frecuentes es mejor proteger las matas con alguna protección como envolverla en una maya geotextil . Las plantas cultivadas en maceta pueden colocarse en un lugar protegido pero frío donde se tendrán, incluso a oscuras, hasta principios de la primavera cuando las yemas apunten.
¿ Cómo podar ? Sea cual sea la época que escojamos, se eliminan las ramas más viejas, aquellas que tienen la corteza agrietada, casi a ras del suelo. Del resto de las ramas se seleccionan las de un año de edad que permanezcan rectas y las de 2 años que estén ramificadas, y de todas ellas las mejor formadas y las que tengan las mejores yemas, suprimiendo el resto procurando que quede entre las que dejamos un espacio de unos 10 o 15 centímetros. Eliminamos las flores secas podándolas por encima del primer par de yemas de la rama.
Las hortensias son proclives a la clorosis, amarilleamiento de las hojas, en terrenos calizos y es conveniente aplicar, ya sea preventivamente o como curación, un corrector a base de sulfato de hierro, en tres aplicaciones consecutivas con un plazo de 20 días entre ellas.
Las arañas rojas, las babosas y caracoles son por otra parte las plagas más frecuentes y deben ser tratadas mediante la aplicación de acaricidas o molusquicidas en su caso.
Bañar la mata con la manguera en verano ayuda a eliminar la araña roja y aumenta la humedad en el aire que a las hortensias les viene muy bien.
Entre las variedades más bonitas de la Hydrangea macrohylla están las variedades “Lacecap”, que los ingleses llaman de “cofia de encaje” por la forma de sus inflorescencias formadas por un grupo de pequeñas flores fértiles rodeadas por un anillo de flores más grandes estériles o no.
Otra bonita variedad de hortensia es la “Ayesa” con flores plisadas que recuerdan a las de las lilas, la vemos en la foto de inicio y en la que vemos bajo estas líneas en primer plano.
No sólo las flores tienen interés en las hortensias, en otoño sus hojas adquieren bellas coloraciones antes de caer singularmente en la especie Hydrangea serrata “Preziosa”
Otras especies de Hydrangeas que no son la comúnmente cultivadas son, por ejemplo, la Hydrangea paniculata de la que ya he tratado en otra entrada en este blog, que puede podarse en otoño, en invierno o en primavera porque florece en las nuevas ramas de año. No es necesario podarla todos los años, basta suprimir alguna rama estropeada o mal ubicada. Si se poda muy baja no crecerá mucho y dará grandes panículas florales pero también puede dejarse que forme un pequeño árbol.
La especie Hydrangea arborescens, de más de dos metros de altura con grandes inflorescencias blancas globosa de hasta 30 cm en la variedad “Annabelle” que es la mejor, también florece en verano y es conveniente suministrarle algún tipo de apoyo para que el peso de las inflorescencias no la abata. Sus flores son todas estériles.
Al tratarse de otra especie que florece sobre las nuevas ramas del año, se poda en otoño o en invierno. Se pueden podar a casi a ras del suelo, lo que producirá flores más grandes, o bien podarla más alto a unos 50 o 60 centímetros de altura con la finalidad de que las ramas engrosen y puedan sostener mejor el peso de las inflorescencias que además será ligeramente más pequeñas. Estas especies no cambian de color y no tienen una necesidad específica de terreno. Son también buenas especies para plantar en lugares de clima cálido donde otras especies de hortensias no se dan muy bien.
Por ultimo decir que las inflorescencias de las hortensias desecadas conservan generalmente una bonita tonalidad y se pueden usar como adorno floral par la casa durante el invierno.