La Pontederia cordata también llamada P. sagittata, es una preciosa planta acuática y palustre rizomatosa procedente de Norte América, se la llama a veces Jacinto de agua, por la forma de sus flores pero ese nombre común incita a confusión porque el verdadero Jacinto de agua es la especie Eichornia crasipes que pertenece a la misma familia, la de las Pontederiaceae. Es sabido que el Jacinto de agua puede provocar problemas graves de proliferación excesiva en lugares cálidos donde sobrevive al invierno, tal es el caso de parte del río Guadiana en España. Aunque Pontederia también puede ser invasora no conozco que ningún caso se haya dado en nuestro país. La familia y la especie son originarias de América
Esta es una planta de las más bonitas que se pueden encontrar entre las acuáticas y palustres y tiene la ventaja de su sencillo cultivo, facilidad y abundancia de floración y el extenso periodo durante el que lo hace, prácticamente todo el verano. En climas cálidos florece también en primavera y otoño.
Crece perfectamente en maceta y de hecho en estanques pequeños y medianos es mejor plantarla en maceta para evitar su excesiva proliferación que podría colmar el estanque, eso significa que cada dos años aproximadamente, habrá que dividir las matas demasiado apretadas, replantando los rizomas más jóvenes de Pontederia y deshaciéndonos de los más viejos. Yo la tengo fuera del estanque principal que es demasiado reducido para poner directamente en él las plantas muy prolíficas y de mayor tamaño, y las mezclo con otras plantas acuáticas de floración simultanea, anterior y sucesiva, tales como Iris, Salicarias y Espadañas o Typhas (ver la entrada sobre Iris). Si no tenemos estanque, es posible cultivar esta planta en un tiesto normal fuera del agua como sucede con casi todas las palustres, sólo que tenemos que regarlas a diario y ponerles un plato debajo que debe tener siempre agua.
La planta es erecta y bastante alta, entre 60 centímetros y un metro, produce grandes hojas lanceoladas muy decorativas que surgen de tallos bastante gruesos desde el rizoma, así mismo los tallos florales que presentan espigas de flores azules con el centro amarillo, parecidas a las del Jacinto. Las semillas que les siguen parece ser que gustan mucho a los patos pero como no vamos a tener patos en un estanque a no ser que sea una verdadero lago, lo mejor es cortar los tallos de flores secas ya que como en todas las plantas, estimulamos nuevas floraciones, por razones estéticas también es conveniente cortar las hojas que se vayan secando.
Existe también una Pontederia cordata de color blanco, la variedad “Alba” y la variedad “White Spike” , y en color rosa, la “Pink Pons”. Muy parecidas a P. cordata son la Pontederia lanceolata con flores sólo azules y hojas más grandes, la Pontederia azurea, con flores azul claro y la Pontederia rotundifolia con hojas redondeadas y erectas, pero más próximas a la superficie del agua.
El cultivo de estas plantas es realmente sencillo, se plantan en un sustrato de buena calidad aunque no son muy exigentes al respecto, mejor si es algo arcilloso. En el momento de plantar pondremos un abono de base
y en años sucesivos fertilizaremos la mata en primavera con una pastilla de fertilizante especial para acuáticas de lenta disolución, que enterraremos en
el sustrato, con eso ya tiene para todo un año. Lo mejor es que la planta se coloque a unos diez centímetros de profundidad bajo el agua, siendo el máximo aconsejado 50 cm, pero puede estar perfectamente en una orilla simplemente húmeda. En cuanto a enfermedades no le conozco ninguna, de plagas sólo el pulgón pero a mis plantas nunca las ha atacado.
En invierno la parte aérea de la planta muere pero el rizoma permanece y rebrotará en primavera. A pesar de su origen subtropical es bastante resistente en invierno y resiste heladas breves, pero si en la zona hay invierno muy duros, tendríamos que cubrir los rizomas con paja y hojarasca. En un estanque cuya agua se hiele prolongadamente y no sea muy profundo. siempre habrá que sacar los tiestos de Pontederia y colocarlos en una zona protegida o un cobertizo incluso con poca luz, pero procurando mantener humedad en el sustrato. Esto mismo vale para la mayoría de las plantas acuáticas y palustres no resistentes. A finales del invierno se colocarán otra vez en su lugar habitual y eso es todo.
Quien disponga de un gran jardín y un gran estanque de al menos un metro de profundidad no tendrá necesidad de retirar esta planta del agua, basta plantarla lo suficientemente profunda (máximo 50 cm) como para que la capa de hielo no la alcance, de esa manera queda perfectamente protegida. Esto mismo es aplicable a otras plantas acuáticas rizomatosas.