Mostrando entradas con la etiqueta Cydonia oblonga. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cydonia oblonga. Mostrar todas las entradas

domingo, 2 de octubre de 2011

Membrillero, Cydonia oblonga

septiembre de 2009 004
El mes de septiembre  y la entrada del otoño nos trae  el sol del membrillo que luce durante los primeros días del otoño cuando maduran los membrillos, un sol que estamos sintiendo en Asturias con muy altas temperaturas incluso por la noche, como no las hemos tenido este año ni  en pleno verano.
Los membrillos son una fruta rica en taninos y por eso es muy astringente y por tanto usada para curar problemas de diarreas y de disentería, además contiene  vitaminas A, B y C. Este árbol pertenece a la amplísima familia de las rosáceas ,  a la que pertenecen los frutales de más amplio consumo como los perales y manzanos con los que está estrechamente emparentado, de hecho el membrillero puede y suele ser utilizado como pié de injerto para algunas variedades de perales.
P3260017
P3260016
Puede sorprender a muchos que en este blog dedicado a la jardinería en macetas se trate del cultivo de este árbol que en plena tierra alcanza los 6 metros de altura y que ciertamente no suele ser frecuente como arbolito de terraza, el caso es que se trata de una apuesta personal que procede de la nostalgia de la infancia. Yo crecí en una casa en cuyo huerto había varios grandes membrilleros, así que el membrillo y todo su ciclo de vida desde la floración a la fructificación, me son enormemente familiares. Tras la cosecha, en esta época, mi tía se afanaba durante varios días en preparar dulce de membrillo, sus aromas impregnaban la casa, y grandes cantidades de tarros de cristal se oreaban durante días en el corredor de la casa antes de ser repartidos entre familiares y vecinos, ya que la producción excedía con mucho las posibilidades de auto consumo. También se preparaban asados y algunos se utilizaban para meterlos entre las ropas de los armarios donde dejaban su característico buen olor. Lo que no se hacía era comerlos crudos, porque de todos es sabido que el membrillo es una fruta nudosa y muy dura de sabor bastante áspero cuando está cruda, lo que no impedía  que algunos jóvenes vecinos del barrio, que habían llegado con sus padres al calor de la industrialización de la comarca en aquella época, y que no estaban muy familiarizados con esta fruta, entrasen a robarlos muchas veces e intentasen comerlos. Lo que solía ocurrir es que le daban un mordisco y a continuación los tiraban. Yo me enfadaba mucho con aquellos niños y siendo yo también un niño como ellos, solía pelearme a pedrada limpia de lo que alguno salió descalabrado. Aquellas “guerras de los membrillos” en las que yo contaba con la alianza de otros niños, vecinos de los de toda la villa, fueron sin duda una temeridad y no tenían mucha justificación ya que membrillos sobraban a patadas, pero se trataba de defender “el territorio” más que nada. Bueno yo recuerdo aquella barbaridad con mucho cariño.
Después de esta introducción, creo que quedará claro que  cuando comencé a cultivar en mi terraza, yo tenía la idea de que tenía que intentarlo con un membrillero, así que hace años adquirí uno y hoy puedo decir con satisfacción, que el experimento ha sido un éxito. Aunque la casa ya no es la misma, vuelve haber dulce de membrillo y jalea caseras en cada otoño.
La variedad que tengo es el “Vranja” que da frutos muy grandes y de maduración precoz. Es una variedad bastante robusta, de poderosas raíces que pueden romper en su desarrollo, una maceta grande de plástico, por eso lo mejor es colocarlos en grandes macetones de barro, de los que se llaman “naranjeros” porque suelen utilizarse para cultivar cítricos. Otra precaución imprescindible es atar bien el tronco  a una sujeción de manera que nos aseguremos que el viento no lo tumbe pero también para evitar que el peso de los frutos casi maduros puedan doblar el árbol. Esto no es una exageración, una docena de membrillos colgando de las ramas de un arbolillo como el de las fotografías, es un peso tremendo para un ejemplar joven. Otra cosa, no lo pongáis donde algún fruto pueda caer a la calle y golpear  a un transeúnte. El peso de un membrillo caído desde cierta altura no es cosa de broma.
P7300092
El membrillero o membrillal como se le conoce más comúnmente en Asturias, Cydonia oblonga, es un miembro de la amplia familia de las rosáceas, como el rosal, el manzano y el peral, su nombre científico, Cydonia, alude a su procedencia de la ciudad de Cidone en la isla de Creta, que era el lugar de donde se obtenía este fruto en época de los romanos, pero la especie procede de Asia Menor. Desde tiempos muy antiguos, las manzanas cydonias o manzanas de algodón, eran muy apreciadas por sus virtudes medicinales.
Aunque no produjeran fruto, ya de por si serían decorativos, con sus hermosa flores blancas de ligero matiz rosado en primavera, y sus hojas grandes, de un verde lustroso por el haz,  grisáceas y tomentosas por el envés. Luego cuando los frutos se van haciendo grandes, están cubiertos por una pelusilla marrón que va desapareciendo casi por completo cuando maduran y se vuelven de un amarillo dorado.
El membrillero necesita un sustrato más bien pesado, no arenoso, que se mantenga fresco y ligeramente húmedo hasta en época de calor, ya que sus raíces son superficiales y no penetran muy profundo en el terreno, en cualquier caso habrá que vigilar los riegos y procurar que el árbol no pase sed en ningún momento. Por supuesto debe plantarse en lugar soleado y evitar los lugares donde puedan producirse embolsamientos de aire frío en invierno y primavera. El abonado anual es esencial, con un fertilizante rico en potasio y fosfato, cuando el árbol da señales de rebrotar. La poda es también muy importante y verdaderamente esencial si lo cultivamos en maceta, el tronco principal del membrillero debe mantenerse corto para que no ramifique a demasiada altura ( como a un metro sesenta o setenta cm del suelo, la poda debe ir encaminada a producir una buena ramificación y a la vez a mantener bien aireado el centro de la copa del arbolito, debe hacerse en invierno aunque se puede recortar alguna rama dañada, enferma o mal orientada durante la fructificación.
Es mejor plantar los ejemplares nuevos en otoño, salvo en terrenos muy húmedos que es mejor dejarlo para primavera, en maceta con un buen drenaje deberíamos escoger la primera opción.
Las plagas y enfermedades son similares a las que afectan al manzano y al peral y deben tratarse de la misma manera, la podredumbre de los frutos es la más común, y en época de contrastes de temperatura entre el día y la noche, los frutos también pueden rajarse sobre todo si al árbol le falta agua.
Los membrillos recolectados se almacenan bien y pueden conservarse varios meses si están intactos, en un local fresco y seco, pero no deben almacenarse junto a otros frutos ya que exudan un aroma intenso que se absorbe.
Como son muy ricos en pectina, sustancia que da consistencia a jaleas y mermeladas, a veces se mezcla un membrillo con otras frutas para conseguir este efecto.
P7100044














P7100046