domingo, 30 de octubre de 2011

Hortensias, Hydrangea, Mundos

P6190005
La Hortensia es una de las plantas favoritas del jardín en clima atlántico como el que tenemos en la zona cantábrica y Galicia y también uno de los arbustos más adecuados para cultivar en recipientes en terrazas, balcones y patios. Además en mi opinión es una de las más sencillas de cultivar si se tienen en cuenta las dos cosas más importantes para tener éxito con esta planta: agua y poda adecuada.
El nombre científico de esta planta, Hydrangea, hace referencia a la palabra griega para el agua, y es especialmente adecuado si tenemos en cuenta la absoluta necesidad que tiene este arbusto de tener siempre un suministro constante de este elemento, se dice que una gran mata de hortensias llega a absorber hasta 40 litros en un día, por eso viven tan bien en zonas con frecuentes lluvias, incluso en verano, donde llegan a naturalizarse, mientras que en otros climas más secos sólo pueden prosperar si bajo nuestros atentos cuidados.
Las primeras hortensias fueron introducidas en Europa en el siglo XVIII pero no adquirieron popularidad hasta la segunda mitad del siglo XIX. La Hydrangea, familia Hydrangeaceae,  procede de China y Japón principalmente, pero algunas especies también vienen de América.  Hay siete variedades cultivadas de hortensias, entre las que hay una trepadora, la Hydrangea petiolaris, especialmente adecuada para revestir muros sombreados, pero aquí trataré de las arbustivas más conocidas.
Y sin duda la más conocida es la Hydrangea hortensis, una especie de hoja caduca,  también conocida como Hydrangea macrophylla o sea la Hortensia común, con sus típicas inflorescencias globosa formadas mayormente por flores estériles, en una amplia variedad de colores que pueden ser cambiados o intensificados según la naturaleza del suelo o bien con la aplicación al terreno de ciertas sustancias químicas. Esto ocurre con las hortensias de color rosado o azulado, ya que las variedades de flor blanca nunca cambian de color. En la zona occidental de Asturias, con terrenos de composición ácida, las matas de hortensia adquieren colores azules, incluso de azul profundo, sin necesidad de añadir nada a la tierra, en cambio en la zona oriental, las hortensias son de color rosa o rojo debido a la naturaleza del suelo que es de composición caliza. En la zona central predominan los terrenos con un Ph neutro en el que las plantas o bien son rosadas o ligeramente descoloridas. Esta simple observación de lo que pasa en la naturaleza, nos indica que debemos esperar de una misma planta según en que clase de sustrato la plantemos, la bonita hortensia de color azul que hemos visto en el catálogo se convertirá en una hortensia de color rosa si nuestro terreno es básico sin que nadie nos haya engañado sobre la variedad.                                                                                                                                  





Existe sin embargo una forma bastante sencilla de mantener el color que nos interese. Lo primero es plantar aquellas hortensias que deseemos en color azul  en un sustrato de naturaleza ácida, tal como la tierra de castaño o de brezo, lo que resulta bastante fácil cuando las plantamos en maceta.  Para acrecentar la propiedad colorante de los terrenos ácidos y asegurarse un color azul más profundo, es aconsejable añadir sulfato de aluminio en el agua del riego desde abril hasta las primeras floraciones. Para esto podemos utilizar cualquiera de los azuleadores de hortensias que existen en el mercado.
En lugares cuyas aguas de riego sean duras, es decir con mucha cal, habrá que regar con agua hervida o de lluvia.
Pero si lo que queremos es intensificar el color rosado de una variedad cultivada en terreno calizo hasta el punto de que adquiera un brillante tono rojo, también podemos hacerlo mediante la adicción al terreno de un pigmento colorante natural llamado Fitocromo, pero en España ese tipo de sustancia no es sencilla de encontrar por el cultivador aficionado y sólo está al alcance de los grandes viveros. En sustitución podemos utilizar algún tipo de abono foliar que contenga cobre.
flores 029




Para conseguir hortensias bien lozanas, podemos abonar los arbustos antes del invierno esparciendo al pie de la mata una buena cantidad de abono orgánico, o de estiércol, y recubriendo con turba, por lo demás no conviene abonar demasiado las hortensias ya que obtendríamos mucha vegetación en perjuicio de las flores, con esta fertilización será suficiente.
Durante el periodo vegetativo los riegos deben ser abundantes y frecuentes, de forma que el suelo siempre mantenga algo de humedad pues si se case, la planta sufriría mucho e incluso podría perder gran parte de las hojas. En clima atlántico las hortensias pueden plantarse al sol, resguardadas del sol del mediodía, o a media sombra, pero en zonas calurosa se deben plantar a media sombra. En sombra total, las hortensias crecen bien pero florecen menos.
La poda es asunto crucial para que las hortensias florezcan abundantemente, y siempre será mejor no podar en absoluto que hacerlo mal porque en este último caso obtendremos una cierta cantidad de flores más pequeñas pero si podamos mal o a destiempo, probablemente no tengamos ninguna flor. Empecemos por el asunto de la mejor época para podar, en este asunto hay tres escuelas, una que aconseja podar en otoño cuando se hayan secado las flores, otra que aconseja hacerlo cuando haya pasado el periodo de heladas, es decir y según la zona, entre marzo y mayo. En las zonas muy frías desaconsejo hacerlo en otoño porque eso deja sin protección las yemas incipientes de las ramas, que las propias inflorescencias secas ayudan a proteger, porque la hortensia no es una planta del todo rústica que soporta mal temperaturas inferiores a los 0º. La tercera alternativa, que últimamente se está imponiendo,  es podar al final del verano, que yo creo que es la más adecuada en regiones de clima suave.
Las heladas persistentes son muy dañinas y pueden destruir las yemas así que en lugares donde sean frecuentes es mejor proteger las matas con alguna protección como envolverla en una maya geotextil . Las plantas cultivadas en maceta pueden colocarse en un lugar protegido pero frío donde se tendrán, incluso a oscuras, hasta principios de la primavera cuando las yemas apunten.
¿ Cómo podar ? Sea cual sea la época que escojamos, se eliminan las ramas más viejas, aquellas que tienen la corteza agrietada, casi a ras del suelo. Del resto de las ramas se seleccionan las de un año de edad que permanezcan rectas y las de 2 años que estén ramificadas, y de todas ellas las mejor formadas y las que tengan las mejores yemas, suprimiendo el resto procurando que quede entre las que dejamos un espacio de unos 10 o 15 centímetros.  Eliminamos las flores secas  podándolas por encima del primer par de yemas de la rama.
P6100007




Las hortensias son proclives a la clorosis, amarilleamiento de las hojas, en terrenos calizos y es conveniente aplicar, ya sea preventivamente o como curación, un corrector a base de sulfato de hierro, en tres aplicaciones consecutivas con un plazo de 20 días entre ellas.
Las arañas rojas, las babosas y caracoles son por otra parte las plagas más frecuentes y deben ser tratadas mediante la aplicación de acaricidas o molusquicidas en su caso.
Bañar la mata con la manguera en verano ayuda a eliminar la araña roja y aumenta la humedad en el aire que a las hortensias les viene muy bien.
Entre las variedades más bonitas de la Hydrangea macrohylla están las variedades  “Lacecap”, que los ingleses llaman de “cofia de encaje” por la forma de sus inflorescencias formadas por un grupo de pequeñas flores fértiles rodeadas por un anillo de flores más grandes estériles o no.
P6220025



















Otra bonita variedad de hortensia es la “Ayesa” con flores plisadas que recuerdan a las de las lilas, la vemos en la foto de inicio y en la que vemos bajo estas líneas en primer plano.
P6220029



















No sólo las flores tienen interés en las hortensias, en otoño sus hojas adquieren bellas coloraciones antes de caer singularmente en la especie Hydrangea serrata “Preziosa”
hojas de otoño 2004 007

























Otras especies de Hydrangeas que no son la comúnmente cultivadas son, por ejemplo, la Hydrangea paniculata de la que ya he tratado en otra entrada en este blog, que puede podarse en otoño, en invierno o en primavera porque florece en las nuevas ramas de año. No es necesario podarla todos los años, basta suprimir alguna rama estropeada o mal ubicada. Si se poda muy baja no crecerá mucho y dará grandes panículas florales pero también puede dejarse que forme un pequeño árbol.
P7130053



















La especie Hydrangea arborescens, de más de dos metros de altura con grandes inflorescencias blancas globosa de hasta 30 cm en la variedad “Annabelle”  que es la mejor, también florece en verano y es conveniente suministrarle algún tipo de apoyo para que el peso de las inflorescencias no la abata. Sus flores son todas estériles.
Al tratarse de otra especie que florece sobre las nuevas ramas del año, se poda en otoño o en invierno. Se pueden podar a casi a ras del suelo, lo que producirá flores más grandes, o bien podarla más alto a unos 50 o 60 centímetros de altura con la finalidad de que las ramas engrosen y puedan sostener mejor el peso de las inflorescencias que además será ligeramente más pequeñas.  Estas especies no cambian de color y no tienen una necesidad específica de terreno. Son también buenas especies para plantar en lugares de clima cálido donde otras especies de hortensias no se dan muy bien.






Por ultimo decir que las inflorescencias de las hortensias desecadas conservan generalmente una bonita tonalidad y se pueden usar como adorno floral  par la casa durante el invierno.
P6220024

P6220027

viernes, 14 de octubre de 2011

Hiedra de Virginia, Vid del Canadá, Parthenocissus quinquefolia

PA140026
El otoño nos trae ya sus colores refulgentes en las hojas de muchas especies que antes de caer, se despiden de nosotros con estallido de colores. Entre las primeras en cambiar de color y desde luego de las más espectaculares que podemos tener en una terraza o balcón, está la Parthenocissus quinquefolia cuyo nombre científico significa literalmente: hiedra virgen de cinco hojas. La antigua denominación Ampelopsis quinquefolia ya casi no se utiliza porque las Ampelopsis, aunque similares,  constituyen otra especie que se caracteriza porque no tiene zarcillos autoadhesivos.
Sus nombres comunes, Hiedra o Enredadera de Virginia y Vid del Canadá, hacen referencia al lugar de origen de esta planta trepadora procedente de la costa este de los Estados Unidos y del Canadá y que pertenece a la familia de las Vitáceas, como las vides que producen las uvas. Estas trepadoras producen flores insignificantes de color amarillo verdoso que van seguidas de pequeñas bayas globosas de color negro azulado, débilmente pruinoso, que son como minúsculas uvas, que las aves suelen comerse.
Es una planta leñosa, vigorosa de crecimiento rápido y frondoso, sus brotes son rojizos cuando son jóvenes y emiten zarcillos ramificados, provistos de discos adherentes que le permiten trepar por paredes verticales sin ninguna sujeción. Al contrario de lo que sucede con la Hiedra, estos zarcillos no causan grietas ni las penetran por lo que no suponen ningún peligro para muros o paredes, sin embargo si que dejan la huella de sus discos, pequeños como cabezas de alfiler,  impresos sobre las paredes.
La época de floración es la primavera, pero naturalmente no es por las flores por lo que se cultiva esta enredadera, si no por la belleza de sus hojas caducas, alternas, compuestas por cinco hojitas ovadas y dentadas, verdes y que se vuelven rojas en otoño. Una pared cubierta por la Vid del Canadá, quedará completamente oculta por un mar de hojas verdes, que dan una gran sensación de frescura, como un césped en vertical, pero cuando llega el otoño se convierten en una llamarada de tonos rojizos que serán un foco de atención durante al menos un mes, antes de que caigan definitivamente. El invierno es el periodo en que la Enredadera de Virginia resulta menos estética ya que solo quedan sus tallos finos y ramosos adheridos a las paredes.                                                                      
PA140028



La planta es completamente rústica y no necesita ningún tipo de protección en invierno, crece en  casi cualquier orientación pero si recibe al menos unas horas de sol, sus colores en otoño serán más brillantes, necesita suelo rico y que retenga un cierto grado de humedad pero si encharcarse. Puede resistir cierto grado de sequedad en verano siempre y cuando no sea muy prolongada, al menos habrá que regar abundantemente una vez a la semana en clima atlántico y cada tres días en climas calurosos. Crecen perfectamente bien en una gran maceta, con tierra rica y fertilizada cada quince días en las primeras etapas de plantación y luego cada mes, con un fertilizante equilibrado. La poda se puede hacer en cualquier época del año y se debe hacer con un cuchillo bien afilado, cortando todos los tallos que se salgan del espacio que les tenemos reservado, por ejemplo si invade la ventana o alcanza el tejado. También cuando es joven para provocar la emisión de nuevas ramas que la vuelvan más densa. PA140027
  Por cierto, cuando plantamos un ejemplar joven de esta trepadora, comprobaremos que aunque la hayamos situado adecuadamente junto a un muro o pared, sus tallos lacios tardan en trepar, paciencia no pasa nada, es normal que la planta se tome un tiempo para formar un nudo de crecimiento, una vez lo haya hecho empezará a adherirse por si sola con mucho vigor y sin necesidad de nuestra ayuda. La planta puede trepar también sobre troncos  e incluso puede formar setos, apoyándola sobre redes metálicas o alguna estructura de sostén, incluso se puede usar como cubre suelos en escarpaduras o laderas.
PA140029

Como consecuencia de que el año pasado hice una reforma de la terraza, pintando paredes etc, mi Viña del Canadá, tuvo que ser drásticamente podada y sacada de su emplazamiento habitual  y ha sido situada en un uno nuevo junto al estanque con la finalidad de que vaya formando un fondo verde que cubra la pared blanca del fondo, así que el crecimiento que vemos en las fotografías tomadas esta misma tarde, es el de esta temporada, aún no muy denso pero que ya alcanza varios metros, en la próxima temporada confío en que la pared quede completamente oculta.  En realidad si se la dejase sin control, sería completamente capaz de cubrirlo todo. Plantada en plena tierra y en un suelo rico es capaz de tapar completamente una casa entera de la que sólo quedarían perfiladas sus formas bajo una montaña de verdor.
De Parthenocissus quinquefolia existe una variedad llamada “Engelmannii”con hojas más pequeñas que la especie.  Otras especies similares a P. quinquefolia son Parthenocissus tricuspidata con tres hojitas en lugar de cinco pero de muy similares características, y Parthenocissus henryana una especie aún más bella y esplendorosa  cuyas hojas tienen  los bordes de las hojas color plateado, que recomiendo a quien la pueda encontrar.
Las Parthenocisus no son propensas a enfermedades, pero el oídio y el mildiu pueden atacarlas aunque a la mía nunca le ha sucedido. En cuanto a plagas, cochinilla y pulgón pueden atacarla pero la peor es la araña roja, por lo que es recomendable bañar sus hojas en época seca y calurosa si esa plaga es frecuente en la zona. Si el ejemplar es demasiado grande para eso y la araña roja es un verdadero problema, yo aconsejo el control biológico, muy eficaz correctamente aplicado y que en comparación resulta económico. Se trata de liberar en la zona unos minúsculos ácaros depredadores de la araña roja, completamente inofensivos para las personas y el resto de la fauna.

sábado, 8 de octubre de 2011

Galán de noche, Dama de noche, Cestrum nocturnum

P9290018
Este es un arbusto que no es realmente bonito, su porte es algo desordenado, su flor es muy pequeña en forma de estrella, distribuidas en panículas,  entre blanca y amarillo verdosa, nada espectacular y sólo se abre por la noche pero entonces ¡qué aroma más delicioso y penetrante!. En cualquier jardín en que haya un Galán de noche se hará notar a bastante distancia de su lugar de plantación y en las noches del verano y principios de otoño cualquier visitante nos preguntará de dónde viene ese perfume que lo llenará todo y se sobrepondrá a cualquier otro. En climas muy cálidos tras la floración aparecerán unas bayas de color blanco nacarado.
Pero sin embargo su aroma no a todos gusta, así que yo recomiendo que antes de adquirir un ejemplar de esta especie, tengamos la ocasión de conocer su aroma, ya que la única razón para tener  este arbusto es su perfume.
El Cestro o Galán de noche, pertenece a la familia de las Solanáceas, la familia de la patata y el tomate, y procede de las zonas tropicales de América del sur, por lo que no resistirá el invierno en el exterior en climas muy fríos o con heladas frecuentes donde las temperaturas desciendan por debajo de  2º C bajo cero, pero el que yo tengo pasa el invierno en la terraza sin problemas. En este tipo de climas el Cestrum nocturnum, perderá todas sus hojas, por lo que cultivado en maceta, puede trasladarse a un emplazamiento protegido pero frío, incluso en la oscuridad, donde la temperatura no baje de los cero grados, durante este periodo de hibernación no habrá que regar nada. Cuando llegue el buen tiempo, procederemos a una poda general del arbusto para que ramifique bien ya que florece en el extremo de las nuevas ramas del año, reanudaremos los riegos cada vez más frecuentes hasta que en verano, reguemos un día si y otro no, también procederemos a fertilizar el arbusto con un abono líquido  para arbustos de flor disuelto en el agua, una vez cada semana. Cuando podemos la planta, debemos evitar que la savia de sus ramas entre en contacto con heridas o con nuestra boca ya que contiene un alcaloide que es un veneno potentísimo y peligroso. No asustarse con las adecuadas precauciones no hay nada que temer.
Si por el contrario disponemos de un emplazamiento en el interior bien iluminado, sin excesiva temperatura (entre 15 y 25º C) y el adecuado grado de humedad, una galería por ejemplo, podríamos conseguir que el Galán o Dama de noche florezca en pleno invierno, ya que en clima templado este arbusto no pierde las hoja y puede estar en vegetación todo el año, en este caso habrá que regar de vez en cuando y fertilizar con abono líquido una vez al mes. Con este tipo de cultivo es mejor que la poda la hagamos a principios de otoño.
P9280007

Si nos gusta el perfume del Cestrum y lo colocamos próximo a una ventana de nuestra sala de estar, durante  las noches del verano no necesitaremos comprar ambientadores para perfumar nuestra casa o nuestro patio.  En todo caso al ser un arbusto poco estético, es mejor situarlo entre otras plantas o arbustos más interesantes pero siempre situado a pleno sol, aunque protegido del sol del mediodía que puede quemar sus hojas, en lugar cálido, protegido de vientos fuertes. En climas muy cálidos también se puede cultivar a media sombra. Se adapta a todo tipo de terreno siempre que no le falte el agua en verano y se abone.
El Cestrum se puede reproducir por semillas o por estaquillas semi maduras al principio del verano, que se plantarán en sustrato con turba y arena húmeda y mantenidos a unos 20º C hasta que enraícen.
Las plagas más frecuentes son los pulgones que pueden provocar que las hojas se enrollen, la mosca blanca y la araña roja. Esta última la podemos controlar mojando con frecuencia todo el arbusto.
Para mantener sus hojas verdes y lustrosas, es conveniente regar con quelato u óxido de hierro una vez al mes pues tiene tendencia a la clorosis en terrenos calizos.

domingo, 2 de octubre de 2011

Membrillero, Cydonia oblonga

septiembre de 2009 004
El mes de septiembre  y la entrada del otoño nos trae  el sol del membrillo que luce durante los primeros días del otoño cuando maduran los membrillos, un sol que estamos sintiendo en Asturias con muy altas temperaturas incluso por la noche, como no las hemos tenido este año ni  en pleno verano.
Los membrillos son una fruta rica en taninos y por eso es muy astringente y por tanto usada para curar problemas de diarreas y de disentería, además contiene  vitaminas A, B y C. Este árbol pertenece a la amplísima familia de las rosáceas ,  a la que pertenecen los frutales de más amplio consumo como los perales y manzanos con los que está estrechamente emparentado, de hecho el membrillero puede y suele ser utilizado como pié de injerto para algunas variedades de perales.
P3260017
P3260016
Puede sorprender a muchos que en este blog dedicado a la jardinería en macetas se trate del cultivo de este árbol que en plena tierra alcanza los 6 metros de altura y que ciertamente no suele ser frecuente como arbolito de terraza, el caso es que se trata de una apuesta personal que procede de la nostalgia de la infancia. Yo crecí en una casa en cuyo huerto había varios grandes membrilleros, así que el membrillo y todo su ciclo de vida desde la floración a la fructificación, me son enormemente familiares. Tras la cosecha, en esta época, mi tía se afanaba durante varios días en preparar dulce de membrillo, sus aromas impregnaban la casa, y grandes cantidades de tarros de cristal se oreaban durante días en el corredor de la casa antes de ser repartidos entre familiares y vecinos, ya que la producción excedía con mucho las posibilidades de auto consumo. También se preparaban asados y algunos se utilizaban para meterlos entre las ropas de los armarios donde dejaban su característico buen olor. Lo que no se hacía era comerlos crudos, porque de todos es sabido que el membrillo es una fruta nudosa y muy dura de sabor bastante áspero cuando está cruda, lo que no impedía  que algunos jóvenes vecinos del barrio, que habían llegado con sus padres al calor de la industrialización de la comarca en aquella época, y que no estaban muy familiarizados con esta fruta, entrasen a robarlos muchas veces e intentasen comerlos. Lo que solía ocurrir es que le daban un mordisco y a continuación los tiraban. Yo me enfadaba mucho con aquellos niños y siendo yo también un niño como ellos, solía pelearme a pedrada limpia de lo que alguno salió descalabrado. Aquellas “guerras de los membrillos” en las que yo contaba con la alianza de otros niños, vecinos de los de toda la villa, fueron sin duda una temeridad y no tenían mucha justificación ya que membrillos sobraban a patadas, pero se trataba de defender “el territorio” más que nada. Bueno yo recuerdo aquella barbaridad con mucho cariño.
Después de esta introducción, creo que quedará claro que  cuando comencé a cultivar en mi terraza, yo tenía la idea de que tenía que intentarlo con un membrillero, así que hace años adquirí uno y hoy puedo decir con satisfacción, que el experimento ha sido un éxito. Aunque la casa ya no es la misma, vuelve haber dulce de membrillo y jalea caseras en cada otoño.
La variedad que tengo es el “Vranja” que da frutos muy grandes y de maduración precoz. Es una variedad bastante robusta, de poderosas raíces que pueden romper en su desarrollo, una maceta grande de plástico, por eso lo mejor es colocarlos en grandes macetones de barro, de los que se llaman “naranjeros” porque suelen utilizarse para cultivar cítricos. Otra precaución imprescindible es atar bien el tronco  a una sujeción de manera que nos aseguremos que el viento no lo tumbe pero también para evitar que el peso de los frutos casi maduros puedan doblar el árbol. Esto no es una exageración, una docena de membrillos colgando de las ramas de un arbolillo como el de las fotografías, es un peso tremendo para un ejemplar joven. Otra cosa, no lo pongáis donde algún fruto pueda caer a la calle y golpear  a un transeúnte. El peso de un membrillo caído desde cierta altura no es cosa de broma.
P7300092
El membrillero o membrillal como se le conoce más comúnmente en Asturias, Cydonia oblonga, es un miembro de la amplia familia de las rosáceas, como el rosal, el manzano y el peral, su nombre científico, Cydonia, alude a su procedencia de la ciudad de Cidone en la isla de Creta, que era el lugar de donde se obtenía este fruto en época de los romanos, pero la especie procede de Asia Menor. Desde tiempos muy antiguos, las manzanas cydonias o manzanas de algodón, eran muy apreciadas por sus virtudes medicinales.
Aunque no produjeran fruto, ya de por si serían decorativos, con sus hermosa flores blancas de ligero matiz rosado en primavera, y sus hojas grandes, de un verde lustroso por el haz,  grisáceas y tomentosas por el envés. Luego cuando los frutos se van haciendo grandes, están cubiertos por una pelusilla marrón que va desapareciendo casi por completo cuando maduran y se vuelven de un amarillo dorado.
El membrillero necesita un sustrato más bien pesado, no arenoso, que se mantenga fresco y ligeramente húmedo hasta en época de calor, ya que sus raíces son superficiales y no penetran muy profundo en el terreno, en cualquier caso habrá que vigilar los riegos y procurar que el árbol no pase sed en ningún momento. Por supuesto debe plantarse en lugar soleado y evitar los lugares donde puedan producirse embolsamientos de aire frío en invierno y primavera. El abonado anual es esencial, con un fertilizante rico en potasio y fosfato, cuando el árbol da señales de rebrotar. La poda es también muy importante y verdaderamente esencial si lo cultivamos en maceta, el tronco principal del membrillero debe mantenerse corto para que no ramifique a demasiada altura ( como a un metro sesenta o setenta cm del suelo, la poda debe ir encaminada a producir una buena ramificación y a la vez a mantener bien aireado el centro de la copa del arbolito, debe hacerse en invierno aunque se puede recortar alguna rama dañada, enferma o mal orientada durante la fructificación.
Es mejor plantar los ejemplares nuevos en otoño, salvo en terrenos muy húmedos que es mejor dejarlo para primavera, en maceta con un buen drenaje deberíamos escoger la primera opción.
Las plagas y enfermedades son similares a las que afectan al manzano y al peral y deben tratarse de la misma manera, la podredumbre de los frutos es la más común, y en época de contrastes de temperatura entre el día y la noche, los frutos también pueden rajarse sobre todo si al árbol le falta agua.
Los membrillos recolectados se almacenan bien y pueden conservarse varios meses si están intactos, en un local fresco y seco, pero no deben almacenarse junto a otros frutos ya que exudan un aroma intenso que se absorbe.
Como son muy ricos en pectina, sustancia que da consistencia a jaleas y mermeladas, a veces se mezcla un membrillo con otras frutas para conseguir este efecto.
P7100044














P7100046