jueves, 25 de febrero de 2010

Rosal de Austin “Graham Thomas climber”

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 magnolia 014 Este es uno de los más famosos rosales ingleses de la casa Austin y sin duda uno de los que más éxito popular ha tenido en todo el mundo desde su aparición en 1983.  Apareció  primero como rosal arbustivo, muy vigoroso, con un tamaño de unos 180 cm, luego salió al mercado la forma trepadora.
Yo también he caído en sus redes y hace años que lo tengo en su variedad de rosal trepador, como tal parece que alcanza un tamaño medio de unos tres metros de altura, pero en mi terraza lo he  guiado más bien para que se enredase horizontalmente por la valla de cierre, me temo que esto contradice  la tendencia natural de este rosal  que es de  crecimiento bastante vertical, aunque ramifica bien nunca llega a formar un seto denso y tupido por lo que yo lo acompaño con la madreselva “Gold Flame” de la que ya escribí en mi anterior artículo. Sus flores también tienen un tamaño mediano con forma de taza bastante llena pero que completamente abierta deja ver el dorado de los estambres en su centro, el color de la flor es un brillante amarillo puro como se aprecia en las fotografías, poseen además una fragancia de rosa de té, dulce y fresco. El periodo de floración es muy largo, desde principios de primavera hasta bien entrado el otoño, incluso a veces tiene algunas flores en diciembre, pero desde luego alcanza  su mejor momento en mayo-junio y otra vez a mediados de septiembre. En caso de lluvia, deshojan muy bien y limpiamente. El follaje es verde amarillento cuando tierno y luego se vuelve de un verde grisáceo más apagado, característico de los rosales almizcleños (English Musk) grupo al que pertenece Graham Thomas.
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El cultivo es como el de todos los rosales arbustivos modernos, crecen en suelo bien drenado pero húmedo mejor si es de naturaleza arcillosa y rico en materia orgánica. Emplazamiento abierto y soleado. Poda, en el caso de los arbustivos, según el clima en enero-febrero o marzo en zonas muy frías, procurando hacerlo siempre antes del crecimiento de los nuevos brotes. La poda de los trepadoras es mejor hacerla a finales de otoño del año previo a la floración, en este caso conviene dejar ramas cortadas a diversas alturas para procurar una floración escalonada y no sólo en los tallos más altos. Con este tipo de rosales es más fácil equivocarse por podar demasiado que por lo contrario, así que en caso de duda es mejor quedarse corto, de hecho en los primeros años la poda ha de ser muy escasa o estropearemos su forma.
En contenedores y grandes macetas hay que vigilar estrechamente la aparición de oídio y efectuar tratamientos preventivos, la cochinilla del rosal o caspilla (Aulacapsis rosae) y la cochinilla acanalada son las plagas más frecuentes, a parte los sempiternos pulgones de todas las primaveras. Además de los productos específicos, estos insectos pueden eliminarse con un cepillado de tallos con cepillo (de dientes) impregnado en alcohol. En general Grahan Thomas es bastante sano pero más en el jardín que en maceta, lo que sucede con casi todos los rosales.
Durante toda la temporada hay que aplicar un fertilizante específico para rosales según las indicaciones del fabricante. En contenedor agradecen la aplicación complementaria de abono foliar.
Ahora que todavía estamos a tiempo de plantar rosales, el Graham Thomas, ya sea en variedad arbustiva o trepadora, sigue siendo una buena elección. Para cubrir arcos pequeños de jardín y obeliscos o cuando necesitamos un trepador amarillo de poco crecimiento es de los mejores.

miércoles, 17 de febrero de 2010

La Madreselva, Lonicera s.p.

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Tengo que confesar que las madreselvas son algunas de mis trepadoras favoritas, lo son desde mi infancia a la que están asociadas por muchos motivos. Las había entonces en abundancia en los setos y lindes de los campos y caminos por donde yo me movía, las había también cultivadas en algunas fincas vecinas que yo visitaba, formando grandes veladores cubiertos completamente con esta planta como montículos verdes, que en las noches de verano exhalaban un aroma embriagador e inconfundible a una gran distancia. Los niños de entonces las llamábamos “chupetines” y teníamos la costumbre de sorber  el tubo que une el cáliz de la flor con su pedúnculo porque tenía un sabor dulce como de miel. Las madreselvas silvestres de mi época pertenecían todas a la especie  Lonicera periclymenum, la Madreselva de los bosques o Chupamiel. Esta hermosa trepadora que alcanza más de 5 metros de largo y forma verdaderas marañas de ramitas entrelazadas, florece de julio a noviembre en Asturias y después de las flores forma una baya de color rojizo que gusta a muchas aves silvestres, las principales difusoras de sus semillas. Las flores y su nectar atraen a numerosos insectos diurnos y nocturnos.
Después de lo escrito a nadie extrañará que recomiende vivamente el cultivo de esta trepadora. Ahora es tiempo de plantación de toda clase de arbustos y si están pensando en una trepadora “todo terreno” que resista sin inmutarse el frío más intenso y la mayoría de las condiciones climáticas sin exigir tampoco muchos cuidados, la madreselva es la trepadora  ideal.  Quien haya paseado por los senderos de Cabo de Peñas en Asturias podrá ver creciendo entre los tojos y brezales pequeñas matas achaparradas de madreselva, se trata de la Lonicera periclymenum de nuestros bosques que en Peñas se ha enanizado para resistir los fuertes vientos cargados de sal y la pobreza del terreno, esto nos da una idea de la resistencia y adaptabilidad de esta especie, capaz de crecer donde muy pocas plantas pueden hacerlo. La madreselva de los bosques puede ser quizá demasiado grande par un balcón pequeño, pero afortunadamente hay otras muchas especies que tienen un desarrollo menor y más controlable. La de la imagen que abre este artículo es una de ellas, se trata de la Lonicera x heckrotti, un híbrido menos vigoroso de tendencia casi arbustiva más que trepadora y que alcanza como máximo 3 metro y se puede mantener más pequeña con podas.P7090031
Las flores, como se aprecia en la imagen  que es la de la variedad Gold Flame, son amarillas en el interior y rosas en el exterior, tienen una fragancia marcada aunque no demasiado penetrante. Florece a partir de comienzos del verano. Mi experiencia personal con esta trepadora que hace muchos años que cultivo en una maceta de unos 40 cm de diámetro, no puede ser más satisfactoria.
Como yo tengo bastante espacio también cultivo otras dos variedades de madreselva, la Lonicera japonica “Halliana” que vemos en la imagen a continuación, con flores fragantes de color crema pálido que se hacen amarillo intenso cuando maduran.

Crece muy rápido, en dos años alcanza dos o tres metros y luego puede sobrepasar los 6 si no se controla, es muy adecuada para cubrir rápidamente una valla u ocultar alguna vista o un  objeto no deseado. Pueden cubrir incluso grandes árboles secos. Es muy rústica y tolera bastante bien la sombra aunque florecerá algo menos que a pleno sol. Sin embargo en lugares muy calurosos la media sombra o la sombra son lo más adecuado para esta trepadora de los bosques.
Mi última adquisición es la Lonicera periclymenum de la variedad “Serotina”  que produce flores de color rojo púrpura con el interior amarillo desde mediados del verano hasta el otoño.

De esta manera puedo tener madreselvas floreciendo casi desde el final del invierno hasta bien entrado el otoño.

Estas dos últimas madreselvas por se de gran desarrollo, las utilizo par cubrir un arco de tres metros de altura junto con rosas trepadoras de las variedades  Albéric Barbier  y Veilchenblau. Todas las madreselvas combinan muy bien con las rosas, especialmente con las que tienen un aspecto rústico y las antiguas.
En cuanto al cultivo no presenta ningún problema, ni siquiera en maceta ya que son plantas sufridas y resistentes, riego en verano y un abonado similar a la de otros arbustos de terraza son suficientes para mantenerlas saludables. Las plagas no suelen afectarles demasiado, algunas orugas del género Tortrix enrollan sus hojas en verano, si proliferan mucho una aplicación de insecticida ecológico a base de la bacteria Bacillus thuringiensis, solucionará el problema. Los pulgones también pueden atacar las yemas más jóvenes a principios de verano y normalmente eso es todo.

La madreselva puede dejarse crecer libremente sin podas, pero cuando el espacio es reducido es mejor podarla cada año al principio de la primavera, quitando todo lo que se haya secado en invierno y el crecimiento desordenado o que no nos interese, cortando siempre al bies por encima de las nuevas yemas que ya estarán brotando, como se hace con los rosales. Las madreselvas son trepadoras de hoja caduca pero según el clima y la especie algunas conservan la mayoría de sus hojas en invierno, caso de la L. japonica
Hay otras muchas variedades de madreselva, de distintos tamaños de crecimiento y algunas más adecuadas a las zonas costeras o al clima mediterráneo como la Lonicera etrusca, por ejemplo.  En los buenos viveros podemos encontrar otras muchas especies y variedades adecuadas a nuestras necesidades..
Espero haber suscitado el mayor interés por estas trepadoras tan versátiles y entrañables.
                              Las bayas rojas de la Lonicera "Serotina" también son muy decorativos.

lunes, 15 de febrero de 2010

El Limonero y los cítricos

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El limonero fue introducido en Europa procedente del oriente después del siglo X. Pertenece a la familia de la Rutáceas y concretamente al género Citrus que posee una amplia variedad de especies, algunas muy conocidas como el propio limonero, el naranjo, el pomelo, el mandarino etc. Casi todas ellas muy elegantes y decorativas. El limonero, además de suministrar excelentes frutos, puede desempeñar una función ornamental en el ámbito del jardín o de la terraza, ya que puede cultivarse perfectamente en grande recipientes llamados precisamente "de limonero” o "conchas”. Esta técnica nos permite además retirarlos durante los inviernos a lugares resguardados o invernaderos fríos aunque, esto sólo sea necesario en lugares con inviernos duros, ya que en clima suave pueden pasar perfectamente el invierno al aire libre. De hecho el limonero es un árbol bastante resistente, aunque a los ejemplares más jóvenes no les conviene una temperatura inferior a 5 °C los ejemplares adultos aguantan temperaturas bajo cero siempre que estos periodos no sea muy prolongados.
El cultivo de esta gran planta de jardinería es muy sencillo, y aunque este artículo trata del limonero, la mayoría de las especificaciones de cultivo son de aplicación también para otros cítricos. Plantado en maceta se debe elegir un sustrato calcáreo-silicio, arcilloso y bien abonado, la mejor exposición es a pleno sol en un lugar resguardado. De vez en cuando convendrá podar el limonero, comenzando por eliminar todas las ramitas secas, las que estén rotas y las que interfieran con el crecimiento de otras ramas, en otro caso no es necesario podar mucho, sólo lo necesario para mantener una forma adecuada. Desgraciadamente los cítricos son muy propensos a contraer diversas plagas y enfermedades, con mayor probabilidad en aquellos lugares donde abunda el cultivo de estos árboles frutales. En Asturias, donde yo vivo, se cultivan naranjos y limoneros en escaso número y con fines sobre todo ornamentales, así que no existen la mayoría de las enfermedades del área mediterránea pero sí es frecuente el ataque de cócidos y cochinillas. Estos insectos segregan una especie de melaza sobre la que crece un hongo llamado negrilla o fumagina, que da a las hojas un aspecto sucio. Combatiendo estos insectos con un  insecticida adecuado el hongo desaparecerá pero si no, se puede aplicar un fungicida. Si el arbolito es pequeño,con algo de paciencia, se pueden retirar los insectos uno uno mediante un bastoncillo de algodón impregnado en alcohol.
Los limoneros florecen en primavera, apareciendo flores blancas cerosas similares al azahar de los naranjos, de fragancia fuerte y dulce a las que seguirán los limones. Con frecuencia en un mismo árbol podemos ver flores y frutos en distintos grados de desarrollo lo que hace un conjunto muy decorativo. Por supuesto los limones se pueden recolectar para uso doméstico, pero según parece conviene dejar siempre algún fruto en el árbol para que se mantenga una fructificación regular. Los cítricos cultivados en macetas necesitan una fertilización frecuente del sustrato, lo que debe hacerse con un abono para frutales en el periodo y dosis indicadas por el fabricante. También es conveniente aplicar regularmente sulfato de hierro en forma de quelatos, para prevenir la clorosis a la que los cítricos son muy propensos.
Por último decir que si no queremos adquirir un arbolito en un vivero, podemos obtener uno fácilmente sembrando pipas de limón o naranja en un tiesto que se puede mantener en un interior templado hasta que germinen.
La mejor especie de limonero ornamental es la Citrus limon "Quatre Saisons” con grandes y brillantes hojas de color verde oscuro y flores crema maravillosamente fragantes, que emergen de unas yemas de color rosa. Los pequeños limones se forman al final del verano.
Quien viva en un lugar de clima riguroso, con inviernos muy fríos, no por eso tiene que renunciar al cultivo de cítricos, puede recurrir al Poncirus trifoliata o naranjo amargo, que tolera temperaturas de hasta -15° bajo cero, o bien a hacerse con un ejemplar de naranja enana, Citrofortunella microcarpa que se puede cultivar en macetas pequeñas y se pueden meter en casa durante el mal tiempo.

En las imágenes vemos un pequeño limón recién formado y otro con aproximadamente un par de meses de edad. Ambos son consecuencia de la floración de este verano.